La ralentización económica, la elevada inflación, la subida de los tipos de interés y la incertidumbre han sido un lastre para el mercado inmobiliario en 2023. La inversión en el sector se está desplomando, mientras que las transacciones de viviendas y la firma de nuevas hipotecas han bajado con fuerza respecto al año pasado, cuando marcaron sus mejores resultados desde el boom inmobiliario.